Los pensamientos negativos, así como los comentarios poco agradecidos de las personas que nos rodean, inundan nuestro trajín diario. Sin embargo, estas opiniones no pueden definir lo que realmente somos. Vivimos ante una necesidad de ser aceptados y encajar las críticas con la seguridad necesaria es un trabajo que debemos perfeccionar cada día.

No somos seres perfectos, equivocarse forma parte del proceso enseñanza-aprendizaje. En mi trabajo tenemos que convivir, no sólo con críticas, sino también partidos perdidos… Y esto afecta y mucho al estado emocional de cómo nos sentimos. Por eso quiero presentaros cinco claves para, que después de una situación negativa podamos seguir creciendo como personas.

 

VISUALIZA TUS ACCIONES

Los entrenadores solemos pensar que después de un partido, perdido en este caso, hay demasiados pensamientos negativos que distorsionan nuestra realidad. Es necesario, por tanto, limpiar nuestra imaginándonos lo que realmente nos preocupa de lo que acabamos de hacer mal (en el caso de los jugadores perder el partido) para posteriormente dejar que se vayan de tu mente.

 

CUESTIONA TUS ACCIONES

Encuentra soluciones mediante la creatividad y empieza a ser consciente de todas las cosas positivas que ya tienes. En el caso de los jugadores, para llegar a ser profesionales han hecho muchas cosas bien desde muy pequeños. No puede quedar en saco roto todas esas vivencias, así que, en este caso nada mejor que conectar con nuestras emociones para encontramos con la persona que realmente somos. ¿Qué tienes tú dentro que valga la pena?

 

FOCALIZA EN LO IMPORTANTE

A veces un mal pensamiento nos lleva a una mala perspectiva. De golpe no podemos cambiar, empieza por hablarte en positivo, por ejemplo, en vez de decir: “Estoy jugando muy mal y estoy teniendo muchos problemas para desarrollar mi juego”; puedes cambiarlo por: “Creo que me estoy enfrentando a varios desafíos, así que voy a entrenar con más atención para mejorar mi juego”. En este punto te invito, también, a cambiar tu postura física. El leguaje corporal dice mucho de nosotros, necesitamos buscar una postura abierta y así estar receptivo a las mejoras que, seguro, las tenemos enfrente nuestro.

 

ENTRENA LA ATENCIÓN

Cualquiera puede encontrar técnicas sencillas para que la atención perdure todo el día (o todo el partido). Muchos jugadores usan música y rutinas de trabajo previas al partido para motivarse, encuentra la tuya para mantenerse en calma, amable, centrado y optimista. Estos conceptos los considero básicos para un correcto funcionamiento de nuestro ser.

 

DISTRAETE

La derrota no perdura, hay muchos más partidos. La vida está llena de oportunidades. Los pensamientos negativos son fugaces y temporales. Considero bueno hacer algo que vaya a ocupar nuestra mente, a parte de nuestro trabajo, necesitamos distraernos para eliminar los pensamientos negativos. En definitiva, aléjate del ambiente negativo que te rodea.

 

 

¿BUENA SUERTE? ¿MALA SUERTE? ¡QUIÉN SABE!

En una aldea vivían un padre y un hijo. Se dedicaban a la crianza y cuidado de los caballos. Un día, los caballos se escaparon. Enseguida vinieron los vecinos a comentar la mala suerte de la situación. El padre les respondió con mucha seguridad: “Buena suerte, mala suerte, ¿Quién sabe?”.

Al cabo de unos días, los caballos volvieron acompañados de otros más. Los vecinos quisieron felicitar la buena suerte al padre y al hijo. Pero el padre volvió a responderles: “Buena suerte, mala suerte, ¿Quién sabe?”.

El hijo tuvo un accidente y se hizo daño en una pierna al intentar domar los caballos salvajes. Los vecinos visitaron la propiedad para exponer lo injusto que era su mala suerte. El padre les respondió: “Buena suerte, mala suerte, ¿Quién sabe?”.

En ese momento, estalló una guerra civil y el ejercito necesitaba reclutar a todos los jóvenes. Pero el hijo no pudo ir. Todavía estaba herido. Los vecinos le dijeron al padre que tenía mucha suerte pues, seguramente, ellos perderían a sus hijos en el conflicto. El padre les respondió, una vez más: “Buena suerte, mala suerte, ¿Quién sabe?”.

Adaptación del cuento de Carlos G. Vallés