El baloncesto es un juego vivo y muy dinámico. A diferencia de otros deportes, nos encontramos con períodos de actividad cortos, muchos cambios de posesión entre los equipos y con el reloj de juego poniendo al límite la expresión y creatividad de los jugadores en la pista. El entrenador en la banda pendiente de cada acción con el fin de guiar mejor a su equipo en la toma de decisiones. Todo pasa muy rápido, a veces, ganar o perder depende del mínimo detalle.

En este contexto, aparece el “tiempo muerto”. Se trata de una pausa estratégica solicitada por el entrenador para detener el juego. Durante un tiempo muerto, los jugadores se reúnen alrededor del entrenador para recibir instrucciones, explorar nuevas tácticas o descansar. El tiempo muerto es una herramienta más para cambiar el rumbo del juego, ajustar estrategias o motivar al equipo. Otro aspecto importante de los tiempos muertos es que muchas veces son utilizados para interrumpir el ritmo del equipo contrario o para gestionar situaciones cruciales al final del partido.

Como podemos ver todo muy estratégico. Lo podemos comparar con la vida, el tiempo no se detiene y nuestras decisiones se van, sin querer muchas veces. Y, es que tomar decisiones es una parte fundamental de la vida, tanto a nivel personal como profesional. En ocasiones, nos enfrentamos ante situaciones en las que debemos elegir entre diferentes opciones y nos vemos paralizados por la indecisión. Sin embargo, existen estrategias y técnicas que pueden ayudarnos a tomar decisiones efectivas y evitar quedar atrapados en la incertidumbre.

Dicho esto, vamos a aprender a pedir nuestro propio tiempo muerto, tal y como hacen los entrenadores durante un partido.

 

Estrategias para tomar decisiones efectivas

En primer lugar, es importante definir claramente el objetivo que queremos lograr con nuestra decisión. Al tener una meta clara en mente, podemos evaluar las diferentes alternativas en función de cómo contribuirían a alcanzar ese objetivo. Esto nos permite descartar opciones que no son relevantes o que no se alinean con nuestras metas.

Una técnica útil para evaluar las alternativas es la toma de decisiones basada en la información disponible, así hacemos los entrenadores en despacho. Esto implica recopilar datos relevantes, analizarlos y utilizarlos como base para tomar una decisión informada. La información puede provenir de diversas fuentes, como investigaciones, estadísticas, opiniones de expertos o nuestra propia experiencia. Cuanta más información recolectemos, más sólida será nuestra base para tomar una decisión.

Otra estrategia podríamos decir que es la técnica del “pros y contras”, definir lo puramente importante. Consiste en enumerar los aspectos positivos y negativos de cada opción y evaluar su importancia relativa. Al listar los pros y contras, podemos visualizar de manera más clara los beneficios y riesgos asociados con cada elección. Esto nos ayuda a tener una visión equilibrada y a considerar de manera objetiva los diferentes aspectos de cada opción.

Además, es fundamental confiar en nuestra intuición, esto pasa mucho en el baloncesto. A veces, tenemos una corazonada o una sensación que nos indica cuál es la mejor opción. Si bien es importante respaldar nuestras decisiones con análisis y datos, también debemos prestar atención a nuestras emociones y a esa “voz interior” que nos guía. La intuición puede ser una poderosa aliada en la toma de decisiones.

Por otro lado, es esencial evitar la procrastinación. En el deporte profesional si quieres ganar no puedes dormirte. Postergar la toma de decisiones puede llevarnos a perder oportunidades y generar aún más indecisión. Es importante establecer plazos y cumplir con ellos. Si nos encontramos con una decisión difícil, podemos establecer un límite de tiempo para analizar las opciones, buscar asesoramiento si es necesario y luego tomar una decisión sin permitirnos seguir posponiéndola indefinidamente.

Es útil buscar diferentes perspectivas. Pedir opiniones a personas de confianza, como amigos, familiares o colegas, puede brindarnos diferentes puntos de vista y abrir nuestra mente a nuevas ideas. Pero, también es importante recordar que la decisión final debe ser nuestra y que debemos considerar nuestras propias necesidades y valores.

 

En última instancia, es importante recordar que tomar decisiones implica asumir responsabilidad por ellas. Aunque no siempre acertaremos en todas nuestras elecciones, debemos aprender de nuestras experiencias y aceptar las consecuencias de nuestras decisiones. Esto nos permitirá crecer y desarrollarnos personal y profesionalmente.

 

Recuerda que cada decisión que tomamos nos brinda la oportunidad de crecer, aprender y avanzar hacia nuestros objetivos. Y, ahora ¿estás dispuesto a ser el entrenador que necesita tu vida?