Avanzando la temporada deportiva (y el curso escolar) que con tanta incertidumbre comenzaba, se me ocurren varias reflexiones para empezar la semana. En esta lluvia de ideas que me origino ante un papel en blanco, me entristece enormemente la ausencia de estilo en una sociedad tan preparada como en la que estamos viviendo.
Puede ser esto mismo, la preparación, que nos esté llevando una abrumada competitividad constante, ya desde los primeros años de vida entramos en comparaciones: mi hijo con esos meses ya andaba… Aprendió muy pronto a hablar no como su hermano… A tu compañero le cuesta menos hacerlo…
Son sólo algunos ejemplos para ponernos en antesala de la opinión que hoy os traslado. Ganar, es lo que sirve, y yo que estoy de lleno en el deporte ganar es el único latido que hace vivir a los equipos. Aquellos que luchen por otros objetivos, olé por ellos, pero no estarán reconocidos, lamentablemente estamos en una sociedad con poca personalidad.
No quiero parecer pesimista en esta entrega, por eso voy a dar varias recomendaciones para que dentro de los colectivos correspondientes a los que pertenezcamos podamos gozar de nuestros sentimientos y valores.
Ganar es una cuestión de preparación, recuerdo aquella cita de Miguel De Cervantes que decía que “estar preparado es media victoria”, por lo tanto, lo primero de todo, antes de enjuiciar nada es estar listo y esto se consigue con disciplina y constancia. Con esto no significa que serás el primero, he sido consciente de ver entrenamientos con mucho rigor en los deportistas y entrenador y sin embargo no conseguir la victoria. Lo que sí quiero trasmitir es que tener un orden es la clave de nuestra existencia para no deambular entre opiniones ajenas.
La mente es maravillosa, a veces nos juega malas pasadas, pero es maravillosa. En este proceso que te invito a desarrollar, la motivación que tengas, dependerá de ti. No esperes que nadie venga a motivarte, sé fuerte mentalmente no todo será como lo
has pensado, tendrás muchos obstáculos que sortear… recuerda, la motivación depende de ti. Las opiniones van y vienen, los únicos que se queda con nosotros, somos nosotros mismos. Leía hace poco que la fuerza no consiste en ganar, la fuerza consiste en elegir las batallas y no rendirte.
En todo procedimiento aparecen saboteadores (yo he trabajado sobre ello y me ha servido muchísimo). Pueden ser en forma de personas o en forma de pensamiento interior de uno mismo. El saboteador lo que busca es la supervivencia, no quiere que arriesgues o aprendas. No le gusta el riesgo y no quiere que salgas de tu zona de confort. Por lo tanto, rehúye de las quejas y que la pereza no te impida seguir tu lucha.
Para que lo anterior no te frene, debes tener acción. ¡Actúa! ¡Atrévete! Mi frase favorita es que la vida se mueve, si quieres permanecer en ella acelérate. En mi mundo profesional es muy evidente esto último. Las tendencias cambian y si tú no te exiges en cada entrenamiento, si no estás al día profesionalmente, ligas tan competitivas como la Euroliga o la ACB (ligas de baloncesto altamente reconocidas) te absorben y desapareces…
Y finalmente el tiempo… ese que no vuelve nunca y que sinceramente qué poco valor le damos. El tiempo no se recupera, una buena planificación es fundamental para rendir. El rendimiento no lleva implícito ganar, lo que sí nos garantiza es tener paz, valorar lo que somos, lo que conseguimos, porque el ser depende de nosotros.
En definitiva, SER es la victoria que necesitamos, SER es la consecución de lo completo que buscamos, todo lo demás son añadidos que no pueden despistarnos, vengan con éxito o no.
A continuación, os adjunto una reflexión de Pedro Delgado, ex-ciclista profesional con una trayectoria brillante y que en su reflexión pone en tela de juicio el reconocimiento que hoy hacen varios educadores y entrenadores de sus deportistas o alumnos:
Estamos enseñando a GANAR, cuando deberíamos enseñar a PERDER. Porque, sencillamente, ocurre más. Yo corrí 11 TOURS y solo gané uno.
El deportista a lo que está acostumbrado es a convivir con la derrota. Pero estamos creando una sociedad de iconos victoriosos y nos olvidamos de la cantidad de trabajo y de derrotas que son necesarias para lograr una sola victoria. La de veces que antes de ser primero, has sido segundo, tercero, último o has abandonado.
Ganar es el objetivo, pero no es lo que define al deportista. Lo que le define es todo el trabajo que hace para intentar ganar. Lo logre o no.
Cuando yo era segundo o tercero en el Tour, se vivía como un auténtico éxito. Ahora eres segundo y te dicen que sí, que bien, pero que has perdido. Me da pena que estemos creando una sociedad donde solo vale ser el número 1′.
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