El verano desde hace ya muchos años me ha servido para seguir mi formación como entrenador de baloncesto asistiendo a varios campus.
Un campus de baloncesto es una actividad que se desarrolla en fechas estivales y donde se entrena específicamente el baloncesto por la mañana y por la tarde.
En los primeros años de mi experiencia profesional pude asistir a varios campus de diferentes países y ciudades: Galicia, Asturias, Cataluña, Finlandia, Lisboa, Tudela, Alicante, Gipuzkoa… De estas vivencias he conocido a entrenadores que hoy en día son mis amigos y también, he podido evolucionar en mi visón sobre el baloncesto.
Será muy difícil de olvidar la gran cantidad de debates generados a cualquier hora del día…. Y especialmente las largas tertulias nocturnas robándole tiempo al tiempo sin parar de anotar ejercicios y dinámicas de otros compañeros entrenadores.
Gracias a mi actual club, que me ofreció crear un campus en Vitoria, con ayuda de grandes compañeros dentro de la organización pudimos llevar a cabo este proyecto, sumando conceptos que había experimentado en otros sitios y uniendo a ello la gran cantidad de ideas que tenía en la cabeza y que sólo a través a una gran organización, para la cual trabajo, se podía llevar a cabo.
El realizar este campus suponía que pasaba al otro lado de la participación activa de entrenamientos, dejaba de entrenar para convertirme en el director del evento.
Tocaba dar forma a todo lo que se me ocurría cada año, a generar un servicio en el que los jugadores y jugadoras participantes tendrían la enorme sensación de aprender, de llevarse habilidades y conocimientos. Al igual pensaba pasa los entrenadores y resto de staff, el campus debía servir como un master para la formación de cada uno.
Si un jugador o jugadora, después de un entrenamiento, solo se lleva en la mochila la ropa sudada, hemos fracasado como entrenadores. Debemos ofrecer cada día algo nuevo y de utilidad para la mejoría en el juego, de sus habilidades…
Esta experiencia nació hace ya unos 14 años y la primera novedad que llegamos a desarrollar es que todos los grupos de trabajo son mixtos, chicos y chicas entrenando por igual la técnica específica del baloncesto, en el mismo equipo, “enfrentándose” entre ellos… Según avanza el día, los entrenamientos van progresando hasta jugar en forma de partidos, con la misma idea: chicos y chicas compartiendo equipo.
En mi trayectoria profesional la palabra aprender se ha convertido en una de mis favoritas. Invierto muchas horas al día en mi trabajo, sin poder disfrutar todo lo que me apetece de mi familia, por eso necesito cada día un nuevo propósito, trabajar de forma diferente, utilizar nuevas herramientas, reconocer áreas de mejora e innovar.
Así también debía ser el campus, y la parte que no debía descuidar era el staff, es decir el equipo de trabajo que gracias a ellos iba poder desarrollar mi idea de trabajo para que todos los jugadores y jugadoras lleguen lo más cerca a los objetivos que tenían marcado: MEJORAR.
LA PLANIFICACIÓN
Un punto importante era tener un orden, ya sé que todos los entrenadores que vienen a trabajar al campus tienen un nivel alto de conocimientos, pero esto no significaba que puedan hacer lo que ellos quieran. El primer día de campus, la primera acción es la recepción del personal del campus, es decir de los trabajadores. Me gusta realizar una reunión extensa para presentar, mediante un dossier que tiene cada uno, lo que vamos a desarrollar y lo que cada uno debe dar forma según la planificación diseñada y de la organización a la represento y que por unos días ellos también van a representar.
Los últimos años me he inclinado por hacer el primer día, con todos los trabajadores del campus, una ALIANZA. Esto consiste en generar entre todos cómo queremos comportarnos y comprometernos para desarrollar con éxito la semana de trabajo
EL SEGUIMIENTO
Al trabajo de planificación hay que darle continuidad, la pereza es algo que habitualmente aparece en el ser humano, por lo tanto, desde mi posición de director cada día estoy encima de cada entrenamiento, viendo el desarrollo de los entrenamientos y de los ejercicios que han creado cada entrenador con el planteamiento el dossier inicial entregado.
LA MOTIVACIÓN
Cada día hay que revisar lo trabajado, esto significa reuniones diarias con el equipo de entrenadores y resto de staff para seguir juntos en el proceso de enseñanza-aprendizaje marcado en el dossier inicial. En estas reuniones diarias hay que estar predispuesto a todo lo que cada trabajador del evento necesite y dotarlo de inmediato.
Compartir para competir, un lema para la mejora dentro de cualquier organización.
La historia que quiero contar surge aquí. Recuerdo con especial cariño una de estas reuniones con el staff del campus. No siempre se puede estar brillante en las exposiciones, pero hay una charla que no puedo dejar pasar por alto para el buen funcionamiento de un equipo. Sea cual sea tu sector, estar unidos es a lo que más puede aspirar un equipo para la consecución de objetivos y esa era mi gran preocupación en el inicio del evento con entrenadores resto de plantilla con menos experiencia que en temporadas anteriores.
En esta ocasión me basé en lo sabia que es la naturaleza y que observando detenidamente lo que nos rodea, podemos tener multitud de claves para la realización de nuestras vidas. Quería conseguir trabajar unidos, porque el trabajo en equipo hace que lleguemos más fácil a los objetivos, juntos afrontamos mejor los momentos de crisis, al igual que en un partido, con el empeño de todos se pueden salvar situaciones críticas.
Otro aspecto que no quería dejar pasar por alto es el de ser positivos. Animar cada día a todos los jugadores y jugadoras del campus y premiar sus esfuerzos con nuestras palabras era una de las tareas que no quería pasar por alto, cada mensaje en las explicaciones, debían tener contenido positivo y relacionado con los objetivos que queríamos cumplir al cabo de la semana.
Imaginemos a cualquier empresa funcionando como un equipo deportivo de alto rendimiento… Suena motivante trabajar de esta forma.
Así, que se me ocurrió preparar una de las las reuniones iniciales a través del vuelo de los gansos…
EL VUELO DE LOS GANSOS
Este otoño, cuando veas los gansos dirigiéndose hacia el sur, fíjate que vuelan formando una “V”. Tal vez te interese saber lo que la ciencia ha descubierto acerca del porqué vuelan en esa forma.
Se ha comprobado que cuando el ave bate sus alas produce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás de él.
Volando en “V”, la bandada completa aumenta por lo menos un 71 por ciento su poder de vuelo.
Las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de comunidad, pueden llegar a donde deseen más fácil y rápidamente, porque van apoyándose entre ellos.
Cada vez que un ganso sale de la formación siente inmediatamente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo y rápidamente regresa a su formación para beneficiarse del poder del compañero que va delante.
Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso, nos mantendríamos con aquéllos que se dirigen en nuestra misma dirección.
Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar.
Obtendremos mejores resultados si tomamos turnos, haciendo los trabajos difíciles.
Los gansos que van detrás graznan para alentar a los que van delante y mantener la velocidad.
Una palabra de aliento produce grandes beneficios.
Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos gansos se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo, se quedan acompañándolo hasta que muere y sólo entonces vuelven a su bandada o se unen a otro grupo.
Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso nos mantendríamos uno al lado del otro, apoyándonos y acompañándonos.
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