Hace unos días repasaba en uno de mis viajes algunos apuntes antiguos, me resulta curioso encontrar en mis notas antiguas aspectos que hoy en día me siguen pareciendo básicos para el desarrollo del entrenador para el jugador.
En mi trayectoria como profesional en el mundo del baloncesto he pasado por varios ciclos, aparte de la actual, entrenador ayudante, que supone conectar muchas veces con un rigor especial en el día a día, una etapa que recuerdo como fructífera fue la de coordinador de los equipos de formación dentro de mi actual club. Esa etapa tiene un reflejo muy directo en la filosofía que cada verano propongo en el campus de baloncesto que dirijo.
El acompañar a los entrenadores, ayudantes, fisios, jugadores, familias… en una actividad que les ilusiona me hace sentirme completo e intento planificar de una manera coherente para que las expectativas que tienen no se vean truncadas.
Algo parecido es lo que sucede a los profesores, en contacto cada día con miles de jóvenes que están forjando su personalidad… lo mismo que esos muchos de entrenadores de equipos de base, que no sólo moldean jugadores, sino también, la personalidad, hábitos saludables, valores…
A continuación, tenéis mis diez recomendaciones para todas aquellas personas que deben estar en contacto con gente: profesores, entrenadores, jefes de equipo, grupos de trabajo… Me ha parecido interesante poder redactarlas para el desarrollo vital de la actual sociedad, sea cual sea nuestro entorno y sea cual sea nuestra misión, creo que pueden servirnos de gran utilidad para que nuestros días tengan algo más que supervivencia.
1. PASIÓN
Sentirnos motivados es la mejor medicina para trabajar cada día. Matar el amor por algo es muy fácil, no podemos fallar en planificación, no será sencillo, aun así, con orden todo resultará más llevadero y surgirán menos dudas.
Estimular la curiosidad a nuestra gente hará tener un equipo más potente, ofrecerles preguntas, que piensen soluciones. En definitiva, nos hará mejores.
Como idea está bien tener ejemplos reales, por si necesitamos convencer de una forma más persuasiva. Por ejemplo, poner imágenes de otras personas para ayudar a creer en lo que estamos pidiendo.
2. DISPOSICIÓN PARA EL TRABAJO
El trabajo de entrenador no entiende de horarios ni de festividades. Comparo este trabajo con una búsqueda constante de la excelencia. He conocido entrenadores muy rigurosos, preocupados intensamente con proyectos de mejora, tanto personales como para el equipo.
Creo que hay ciertos trabajos en la vida que deben ser así, las tareas adicionales son necesarias para educadores, jefes de equipo… Sin esta predisposición los resultados no serían los mismos. Posiblemente trabajar en lo que te gusta tiene mucho que ver para cumplir este propósito.
Por ejemplo, los músicos y actores también necesitan muchas horas de ensayo y concentración para que el resto de gente podamos disfrutarlos en nuestro tiempo de ocio.
3. EDUCAR PARA LA VIDA
Los equipos con los que más he disfrutado es cuando el aprendizaje era compartido. Los valores que tiene el deporte no pueden pasar desapercibidos, educar en conductas básicas en el colegio, en el trabajo… nos pone a todos con ese punto de humanidad que a veces se pierde. La sociedad necesita personas responsables, actualmente estamos viendo lo indefensos que podemos llegar a ser ante una pandemia y lo irresponsables que somos con ciertas actitudes que no ayudan a progresar.
Quizás es que nos hemos estado criando en una cultura donde no éramos protagonistas de nuestro propio aprendizaje. Ser la estrella de nuestra propia vida “mola” ¡Imaginemos un mundo repleto de personas radiantes!
4. INVOLUCRA A LAS FAMILIAS
Cuando entrenaba a jóvenes o cada verano cuando realizo el campus que antes comentaba, suelo recordar que las familias dejan a nuestro cargo su valor más preciado: sus hijos e hijas. La responsabilidad que tenemos es máxima y tenemos que responder con nuestra dedicación máxima.
Los entrenadores, los profesores, los jefes de equipo… están para ayudar. Preocuparse por nuestra gente nos fortalecerá en confianza. Todos tenemos nuestros problemas fuera de los equipos, de las clases o del trabajo y, en muchos casos, el conocimiento de estos aspectos no es tan complicado, solo requiere de comunicación y hacer bien el trabajo para el que estoy asignado y estar pendiente de los detalles.
Una familia contenta es tener a un trabajador feliz en su jornada laboral. A veces los detalles no cuestan tanto y en realidad el ser humano es bien agradecido en los pequeños gestos.
5. COHERENCIA
Como entrenador tomaba miles de decisiones, las que más éxito tenían eran las que eran coherentes. Parece una obviedad, pero seguimos sufriendo en pleno siglo XXI decisiones carentes de sentido, con malos ejemplos o demostrando grandes diferencias entre unos y otros, cuando en realidad todos somo iguales.
Una estrategia para ser coherente es la flexibilidad. Nuestro pensamiento puede que no resulte igual en según que contextos, a veces debemos cambiar el rumbo y adaptarnos a las necesidades de nuestro entorno.
6. INVIERTE EN TU FORMACIÓN
Sacar tiempo para realizar cursos puede resultar complicado según que trabajo tengamos o también, en función de responsabilidades familiares. No obstante, pienso que la formación es también dar rienda suelta a la creatividad.
La creatividad puede ayudarnos a ser mejores en nuestro día a día, analizar métodos de trabajo, buscar alternativas de mejora, como pueden ser programas informáticos, tabletas… En mi caso intento optimizar al máximo lo que tenga que ver con la tecnología, para trabajar mejor y ser más optimo en las tareas.
Aquí voy a citar a la paciencia. Tener un punto de calma supone respetar a los demás y por consiguiente aprender escuchando.
7. FOMENTA EL TRABAJO EN EQUIPO
Si antes hablábamos de las incoherencias que vivimos en pleno siglo XXI, la falta de libertad es otra señal de no avanzar del todo hacia un mundo mejor. Confeccionar un equipo de trabajo es una de las mayores satisfacciones que podemos experimentar en la vida.
Dotar en primer momento de orden es esencial para generar el ambiente correcto en el equipo, todos entenderán mejor su rol y la carga de tareas será resuelta con éxito día tras día.
El desarrollo de la empatía es otro de los valores que no podemos descuidar. Con esta habilidad social potencia la capacidad de liderazgo y nos ayudará a gestionar mejor la resolución de conflictos.
8. RECONOCIMIENTO
La afectividad y la educación sentimental es básica para la organización de la vida. Hoy en día esto se conoce como el salario emocional. Posiblemente la empresa no pueda siempre recompensar económicamente el trabajo bien hecho. Lo que si podemos siempre es reforzar con palabras el buen hacer de nuestros jugadores, alumnos o trabajadores.
En mi trayectoria he visto como muchos entrenadores han usado las ruedas de prensa para utilizarlas como “salario emocional” y por supuesto en las charlas de vestuario o sesiones de vídeo donde más me encuentro con este tipo de reconocimientos.
Un reconocimiento adecuado genera más esfuerzo y un aprovechamiento del tiempo, pues los componentes del equipo han conseguido entender lo importante que supone el trabajar al ciento por ciento cuando corresponde entrenar.
9. OPTIMISMO
Cuando te encuentras cada mañana con un jefe ilusionado te inunda la energía para empezar la jornada laboral. Lo comparo como el fomento de la autoestima, es decir, te dota de una fuerza sobresaliente y te inunda la esperanza.
Para mí ser optimista es uno de los secretos para anticiparse a los problemas y esto en mi mundo es de suma importancia.
Cada vez los equipos tienen más jugadores válidos, pero sólo juegan 5… En un partido el rival no te lo pone en bandeja y debes estar preparado para resolver lo más rápido posible los problemas para no perder el partido.
Por eso creo que ante situaciones críticas son las personas optimistas las que tienen más posibilidades de salir airosas. Es cierto que la vida no siempre tiene momentos agradables y no reconocer eso es engañarse.
Sin embargo, existen muchas razones por las que sonreír cada día y encarar nuestra vida con la mejor actitud posible. Ser optimista es tener visión de futuro y en esto, todos tenemos que aportar algo a nuestra vida.
10. COMUNICACIÓN
Ya son muchas las veces que hemos comentado sobre la comunicación. ¿Cuántos errores se cometen por no hablar? O ¿Cuántas veces tendríamos mejores resultados por comunicarnos?
Este apartado tiene mucha miga, la capacidad de comunicarse va a estar relacionada estrechamente con la reflexión y la escucha… ¡La de cosas que cambiarían con una reflexión! En puntos anteriores ya remarqué la importancia de la escucha, y más en concreto, de la escucha activa, que es hacer un esfuerzo por centrar toda nuestra atención en aquello que nos está comunicando la otra persona con la atención suficiente para saber realmente cómo se siente.
El contacto visual es importante y debemos aprender a mirar a los ojos cuando hablamos, esto último muestra seguridad y transmite confianza, palabras una vez más de suma importancia para el buen hacer en un equipo.
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