Para un entrenador no termina su jornada con el final del partido o del entrenamiento. Es en ese momento cuando empieza la autoevaluación y puedo asegurar que el análisis que se hace es muy exigente. Por eso considero que si quieres ser un buen líder es fantástico equivocarse, esto nos hace más fuertes, si sabemos canalizarlo.

En esta sociedad puede ser que el error esté muy presente en nuestra forma de vida, se castiga mucho la equivocación. Sin embargo, en el deporte veo que gracias al fallo se consiguen mejores resultados. Esta sección la llamo precisamente “postpartido” por eso, porque la observación posterior de los partidos significa mucho para la mejora de un equipo y, en este estudio, está claro que el error está muy presente en las anotaciones que se toman.

Como herramienta extraordinaria para la mejora diaria, generar nuestro propio postpartido puede significar mucho para nuestro avance.

Por un lado, equivocarse está relacionado con la innovación. En mi profesión fallar un tiro o errar un pase supone de inmediato activar el botón de “qué debo cambiar”.

 

«Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo».

Albert Einstein

 

El deporte es un claro ejemplo de ello, incluso los espectadores tienen soluciones para cambiar esa acción y convertirla en éxito. No conozco jugadores que no hayan tenido una carrera exitosa sin haber tenido miedo a equivocarse. Los grandes jugadores se han salido de las normas y han desafiado a sus entrenadores.

Sin perder el respeto por el jefe, la clave está en re-inventarse cada día. Dejar al profesional ser creativo evidencia a un líder comprometido con la prosperidad.

La innovación necesita de líderes que potencien este proceso creativo. No limitar al profesional es de suma importancia para desarrollar las aptitudes que cada uno tenemos y para que la motivación no decaiga.

La vida está llena de rutinas, debemos analizar lo que cambia el estado de ánimo con pequeños cambios en nuestros hábitos. Por ejemplo, que algún compañero lleve unas pastas por su cumpleaños, ya hace que nuestra forma de afrontar ese día sea diferente, sin embargo, el trabajo es el mismo.

A lo expuesto anteriormente añadiría la importancia de desaprender. Tenemos que huir de frases como: “Yo siempre lo he hecho así”. Aprender de los errores es desaprender, esto significa reprogramarnos, abrir nuestra mente y revisar esas creencias que tanto nos limitan.

Recordamos lo que es una creencia: Aquello que decidimos creer y afirmar sin que tengamos el conocimiento o las evidencias de que sea o pueda ser cierto. Esto no significa que todas las creencias puedan ser falsas, lo que debemos es explorar con certeza si me ayudan o no me ayudan en mi vida.

Podemos estar rodeados de compañeros tóxicos que nos estén limitando enormemente nuestro potencial, o tener un jefe que castiga demasiado el error para atacar nuestro trabajo. No hay que preocuparse, equivocarse es abrir nuestra mente para desaprender, no estoy diciendo que olvidemos lo que ya sabemos, sino que entrenemos lo aprendido con el valor de la experiencia.

 

“Desaprender la mayor parte de las cosas que nos han enseñado es más importante que aprender”

Eduardo Punset

 

Está claro que un punto muy importante del liderazgo es poder traspasar confianza a cada profesional. En el deporte decimos que si juegas con miedo estás jugando para perder.  El error no puede estar condicionando nuestra determinación, la seguridad en nosotros mismos es la diferencia que va a marcar un trabajo bien hecho o no.

Muchos jefes tienen miedo de rodearse de buenos trabajadores. No se han dado cuenta que lo que tienen que hacer no es sólo mandar, sino que lo que deben hacer es liderar.

Estar bien rodeado es beneficioso para todas las partes y seguro que ayudará a desarrollar mucho mejor a cada uno, empezando por la principal cabeza visible de la empresa o proyecto.

En definitiva, las relaciones con las que afrontemos cada día tendrán mucho que ver con la motivación que muestren los equipos o profesionales al cargo.

Leía hace poco que un estudio de Harvard decía que uno de los indicadores más importantes sobre si envejeces bien y vives una vida larga y feliz no es la cantidad de dinero que acumulas ni el renombre que recibes, sino la fortaleza de las buenas relaciones.

 

¿COMO CRECER? (Jorge Bucay)

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.

El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.

Entonces encontró una planta, una fresa, floreciendo y más fresca que nunca.

El rey preguntó: ¿Cómo es, que creces saludable, en medio de este jardín mustio y sombrío?

No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: «Intentaré ser fresa de la mejor manera que pueda».

Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a TI mismo. No hay posibilidad de que seas otra persona. Puedes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por ti, o puedes marchitarte en tu propia condena…