No hay dudas de que estamos ante una situación extraordinaria, las experiencias de algo similar apenas se conocen y hemos estado en una pausa dinámica durante 2 meses. El covid-19 nos ha hecho apreciar otras fórmulas de vida. Todo lo que nos rodea, en cuanto al modus operandi, es muy novedoso y con opiniones más pesimistas que optimistas…
En estos días, muchos de nosotros estamos ensayando una vuelta a la normalidad. Ese alto en el camino que antes comentaba nos ha dejado cierta mella y ahora toca volver a empezar.
Emprendemos una etapa con cambios evidentes en lo que a higiene y cuidado personal se refiere. Alteraciones en las formas de interrelación, con saludos resguardados y con miedos al descubierto.
En esta entrada me gustaría recordar lo que Mario Alonso Puig (*) llama las 6 motivaciones fundamentales que nos mueven a la acción. Necesitamos luz; demandamos ser acompañados, pero también acompañar.
- Vivir en un entorno seguro
Los mínimos para una vida confortable empiezan a ser anhelos, aprender a disfrutar de “nuestra” vida es clave para no despistarse con la vida de otros.
- Ser reconocidos y valorados
Nuestro entorno laboral es clave para el equilibrio de nuestro bienestar, el valor de la gratitud debemos exponerlo a un nivel superior.
- Sentido de pertenencia a un grupo
Sentirse querido nos dotará de una mayor confianza, evitando miedos absurdos que realmente nunca aparecerán en nuestro camino.
- Desafío continuo y retos
Somos muy grandes, solo tenemos que recuperar la persona que éramos de pequeños, con un afán tremendo de superar retos.
- Crecer, mejorar y progresar
Cada día que tenemos únicamente debemos ver oportunidades, con este pensamiento podemos dar un vuelco a nuestra actitud.
- Vida con propósito y contribución a otras personas
La vida familiar ha servido estos días de un severo entrenamiento de lo que verdaderamente somos. La ayuda, la solidaridad, las buenas palabras no debemos olvidarlas ni un sólo día.
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