El trabajo supone una de las actividades diarias a la que más tiempo dedicamos. Es una de las razones que más nos preocupa para sentirnos felices. Hay una estadística que dice que siete de cada diez trabajadores no se encuentran motivados en su trabajo… Trabajar en algo que te gusta es clave para nuestro desarrollo vital.

Resulta que mi profesión es mi hobby. El baloncesto desde mi niñez ha supuesto mi motor de vida. A priori todo son ventajas, puedo ganar mi salario haciendo lo que más me gusta, sin embargo, la presión no desaparece, hay momentos realmente tensos, como en cualquier trabajo ganar dinero requiere un esfuerzo y en el deporte profesional la competencia es máxima y repleta de responsabilidades que muchos aficionados no ven.

Un aspecto que hay que saber controlar en un empleo como el mío, son los tiempos. Sencillamente no hay espacio para la relajación total, los campeonatos deportivos no desconectan, es más, se vuelven más activos en horarios tardíos o días festivos. Así que, si quiero entretenerme con algo, necesito cambiar de hobby, el mío, el de toda la vida, ya no me sirve para combatir el estrés, enemigo número uno para el actual trabajador.

Los límites entre nuestra vida personal y nuestra vida profesional continúan desdibujándose y es más fácil que nunca dejar que una impacte a la otra. Es imposible encender un interruptor y dejar atrás todos los acontecimientos personales cuando llegas a tu puesto de trabajo, pero es esencial que intentes evitar que tus problemas personales te afecten en el trabajo.

Por eso quiero hablarte hoy, sobre como separar los problemas personales en la vida laboral.

 

Maneras de dejar que tus problemas personales afecten su trabajo

 

1. Habla con tu jefe.

Cuando decimos esto, nos referimos a comunicar tus necesidades de manera clara y efectiva si algo está sucediendo que afectará tu capacidad para estar física o emocionalmente presente durante sus horas habituales. Procura ser claro y conciso. Una vez acabado tu discurso, es importante escuchar y mostrar interés, respetando los turnos de palabra y cuidando mucho tu lenguaje corporal.

2. No compartas demasiado.

Nuevamente, debemos enfatizar esto: Sí, te acabo de recomendar hablar con tu jefe, pero no le cuentes todos los detalles esenciales de tu vida personal. Lo mismo ocurre con los compañeros de trabajo. Si bien es genial conectarse con compañeros de trabajo, no permitas que piensen que su competencia o productividad están en riesgo debido a problemas personales. Tus compañeros de trabajo no son ni tus amigos ni tu familia.

 

3. Establece límites digitales.

Dado que nuestra vida personal y profesional vive en nuestro teléfono, totalmente accesible las 24 horas del día, los 7 días de la semana, es esencial crear algunos límites digitales. Es fácil decir desactiva las notificaciones automáticas y apague el teléfono, así que busca tú la forma de acotar tu cercanía y con quién. No nos engañemos, una cultura laboral abierta no es para hacer amigos en el trabajo.

 

 4. Compartimentar

Tan importantes como los límites digitales son tus límites mentales. Por ejemplo, digamos que algo me está molestando mucho y no puedo dejarlo ir, me imagino poniéndolo en una caja y luego archivándolo en un gabinete en lo más profundo de mi mente. Me doy permiso para volver a él más tarde, pero no en ese momento. Es un gran ejercicio de atención plena. A diferencia de la meditación tradicional, donde “dejas que el pensamiento flote“, sabes que todavía está en tu cabeza y puedes volver a él cuando quieras.

5. Satisface tus necesidades emocionales.

El equilibrio entre el trabajo y la vida se trata de asegurarse de que se satisfagan sus necesidades en todas las áreas: profesional, física, espiritual, emocional, financiera y social. Se trata de vivir una vida completa, no solo una división entre el hogar y el trabajo. Asegúrate de apoyarte en tus amigos y familiares para satisfacer tus necesidades emocionales. Considera ver a un terapeuta si las cosas persisten más en el tiempo de lo esperado. Y, por supuesto, ¡revisa tu juego diario de cuidado personal! ¡Los placeres simples como una taza de té de la tarde, o dar un paseo al aire libre pueden hacer maravillas!

Recuerda, no estás solo en tus asuntos personales. Y todos tenemos la capacidad de dejarnos consumir por nuestros problemas al punto que no podemos concentrarnos. Concéntrate en cuidarte a ti mismo y no compartir demasiado en el trabajo para no tener problemas futuros.

 

¡Sé feliz en todos los aspectos de tu vida, es tu momento de vivir!

 

 

UNA DUALIDAD IMPOSTORA, por Antonio Rodríguez.

La dicotomía vida personal y vida profesional nos lleva, en muchas ocasiones, a duplicar nuestra propia personalidad, creando nuestra versión del trabajo y nuestra versión de fuera del mismo. Hay que tener claro que pretender diferenciar entre ambas vidas resulta absurdo, pues todo forma parte de un mismo conjunto, nosotros, en donde lo que nos sucede en una esfera nos afecta en la otra a nivel emocional.

Durante años, por voluntad propia, diferencié mucho mis males llamadas vidas personal y profesional, lo que me llevó a una absoluta despersonalización pues, mientras en casa me comportaba de una forma, en el trabajo era distinto, perdía mi esencia y, a la larga, dejaba de ser yo. Entendí que para brillar verdaderamente en cualquier ámbito de la vida hemos de buscar ser nosotros todo el tiempo.

El problema es que para conseguirlo necesitamos de un entorno de seguridad psicológica que nos empuje a ello. Una vez tenemos clara la falaz dicotomía, es decisión de cada persona decidir cuánto mostrar. La confianza será el termómetro que indicará de qué forma actuar en cada momento.

Antonio Rodríguez es fundador y ceo de Efficient Happiness, conferenciante y escritor de ‘Felicidad Eficiente, el poder de humanizar tu trabajo’
https://efficienthappiness.com/