Horror vacui, del latín “miedo al vacío”, es un concepto que se utiliza especialmente para describir el relleno de todo espacio vacío en una obra de arte. Este término, que se originó en la antigua filosofía griega, refleja el temor humano al vacío, lo que nos lleva a tratar de llenar cada momento de nuestras vidas. Seguro que ahora empiezan a ocurrirte actitudes que solemos tener ante la manera de gestionar nuestro tiempo o relaciones sociales.

Expertos nos explican que el horror vacui está relacionado con la híper estimulación y con  el ritmo tan acelerado con el que recibimos información diariamente. Este hecho hace que cada vez estemos más desconectados y desnaturalizados de nosotros mismos y que nos genere extrañeza simplemente sentir nuestro propio ser. ¿Por qué tenemos la tendencia a llenar cada momento de nuestra vida? Así, por tanto, son varios psicólogos que nos advierten que es como un círculo vicioso: estamos tan híper estimulados, que ya hemos normalizado ese exceso de información y nos genera incomodidad no tenerlo.

Aristóteles defendía que la naturaleza tiende a llenar el vacío, como cualquier líquido o estado gaseoso que llena el espacio. Hoy en día, gracias a la física, podemos afirmar que el vacío también se compone de partículas. Pues resulta que el baloncesto es un juego de espacios, ocupar el sitio correcto en la cancha de juego es clave para que el ataque o la defensa sea más efectiva o incluso exitosa.

 

La filosofía del juego en el baloncesto

La gran batalla de los entrenadores es colocar correctamente a sus jugadores en la cancha. Una buena disposición de los jugadores en el terreno de juego abre posibilidades en ataque y limita, desde la colocación defensiva, las posibilidades del rival.

Esta mentalidad, que hoy estamos desarrollando, refleja la idea de que cada espacio vacío en la cancha representa una oportunidad para anotar un punto o para que el equipo contrario lo aproveche. Por ejemplo, moviéndose constantemente en ataque para crear oportunidades de pase y lanzamiento, mientras se mantienen alerta para evitar que el equipo contrario haga lo mismo.

Esta dinámica refleja la lucha constante por el control del espacio, una manifestación directa del horror vacuien el baloncesto.

 

Estrategia y movimiento: entre entrenamientos, viajes y sistemas

El horror vacui influye en las estrategias y tácticas utilizadas por los entrenadores para dominar el juego. En defensa, se busca evitar cualquier hueco que pueda ser explotado por el equipo rival, con una defensa agresiva que presione constantemente al portador del balón y cierre los espacios de tiro. Por otro lado, en ataque, se busca crear y aprovechar espacios libres para realizar pases precisos y lanzamientos certeros.

Todo lo anterior, sin olvidar, que la actividad deportiva viene como antesala de otra dinámica: La personal, la familiar, la laboral… O en el caso de los deportistas de élite en medio de viajes y entrenamientos.

 

Una mirada al horror vacui en la sociedad actual

El temor innato al vacío existe en la vida misma. Se manifiesta, por ejemplo, en cómo organizamos nuestros espacios físicos, gestionamos nuestro tiempo y construimos nuestras relaciones sociales.

En nuestros hogares y lugares de trabajo, el horror vacui se refleja en la tendencia a llenar cada espacio disponible con objetos, decoraciones y muebles. En ocasiones nos llenamos de varias posesiones, creando entornos abarrotados que nos brindan una sensación de seguridad y comodidad ficticia. Sin embargo, un espacio excesivamente lleno puede resultar en desorden y estrés.

Aprender a apreciar el espacio vacío puede ayudarnos a crear ambientes más tranquilos y organizados, con menos desorden y estrés.

Por otro lado, tenemos nuestro tiempo libre. A veces nos asusta la idea tener tiempo y tendemos a sobrecargarnos de actividades, compromisos, resultando en agotamiento y falta de tiempo para el descanso y la reflexión. Valorar el tiempo libre y a no temer los momentos de inactividad es esencial para nuestro bienestar. Estas oportunidades de pausa pueden aumentar nuestra creatividad y eficacia.