Meditaba en los últimos días de vacaciones dos de los momentos vitales en los que la humanidad recurre a realizar promesas o retos… Uno es el fin de año, las fechas navideñas y la entrada de año nuevo supone en muchas personas una época para incentivar su motivación y hacer planes para mejorar su vida, es de sobra conocido el “me apunto al gimnasio”. El otro momento de inflexión para desafíos es el verano, bien para empezar el período veraniego “operación bikini” o una vez concluido la temporada estival retos ilusionantes nos inundan para empezar el “nuevo curso” a tope de energía.

 

“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”. Viktor Frankl

 

Es curioso como dos momentos especiales, en lo referente a fechas, son una llamada a nuestras motivaciones, así que me acordé de mis notas sobre un libro que me impacto en su lectura y que ha servido para mejorar un poquito la forma de ver la vida: EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO, de Viktor Frankl.

Pienso que estamos alojados en un letargo indefinido, sin mucho margen a la creatividad: Trabajamos y cumplimos con la familia, sin embargo, en nuestro interior hay una fuerza descomunal totalmente dormida. No damos pie a la inspiración, da como pereza… Por el contario el entusiasmo nos da instantes memorables y, aún sabiéndolo, no alimentamos más nuestro interior para iluminar nuestro paso por la vida. Para Viktor Frankl vivir es aceptar con dignidad el desafío que plantea la vida, con su carga de adversidad, y sobrevivir es hallar el sentido de ese sufrimiento.

 

“El sufrimiento deja de ser en cierto modo sufrimiento en el momento en que encuentra un sentido”

Viktor Frankl

 

Recomiendo totalmente la lectura del libro citado anteriormente, EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO es un remedio para el alma y la esperanza. Es la historia de un hombre que supo encontrar razones para vivir en un escenario lleno de sufrimiento. Deportado, por su origen judío a varios campos de concentración (Auschwitz y Dachau entre otros) logró sobrevivir ante tal acumulación de adversidades y atrocidades con las que se iba encontrando cada día. Viktor Frankl se aferró a la vida, terminar un manuscrito, que a su entrada fue destruido, fue un apoyo vital para salir con vida y de tener propósito por el que pelear. El autor relató en varias ocasiones que los que tuvieron más posibilidades de sobrevivir en los campos de concentración nazis fueron aquellos que se agarraron con fuerza a la esperanza de volver a ver a un ser querido o de cumplir una misión.

Creo que puede ser una gran recomendación esta lectura para iniciar con fuerza el nuevo curso que en breve a todos nos espera, con un otoño y un invierno, en ocasiones, oscuro y frío… Encontrar el sentido de lo que hacemos es más que importante para seguir el recorrido de la vida y dentro de nosotros hay inspiración para dar y tomar. Y si no lo crees así, sólo tienes que detenerte en los momentos de sufrimiento que te hicieron más fuerte, o en esas ocasiones que saliste adelante cuando todo lo tenías en contra.

Despertar del letargo a nuestra inspiración puede suponer anticiparse al sufrimiento, y si nos llega un momento adverso, estaremos avisados y lúcidos para superar con creces la adversidad que se ponga en nuestro camino.

 

 

 

 

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO (Fragmento)

 

“Pero mi mente se aferraba a la imagen de mi mujer, a quien vislumbraba con extraña precisión. La oía contestarme, la veía sonriéndome con su mirada franca y cordial. Real o no, su mirada era más luminosa que el sol del amanecer.

Un pensamiento me petrificó: por primera vez en mi vida comprendía la verdad vertida en canciones de tantos poetas y proclamada en la sabiduría definitiva de tantos pensadores. La verdad de que el amor es la meta última y más alta a que puede aspirar el hombre.

Fue entonces cuando aprendí el significado del mayor de los secretos que la poesía, el pensamiento y el credo humanos intentan comunicar: la salvación del hombre está en el amor y a través del amor.

Comprendí cómo el hombre, desposeído de todo en este mundo, todavía puede conocer la felicidad -aunque sea sólo momentáneamente- si contempla al ser querido. ”

Viktor Frakl