Como si de un juego de palabras se tratara, este artículo pretende explicar el flechazo que supone la atracción inmediata. Así, pues, siguiendo con Platón, defensor del amor como impulso de la filosofía, esta reflexión lleva de fondo un mensaje para todos los educadores, formadores y líderes que se exponen cada día a su equipo.

Vamos a explicarnos. Al igual que cualquier persona puede sentir atracción física a primera vista, considero de vital importancia, en el proceso de enseñanza-aprendizaje, la disposición inicial del educador, formador… o entrenador. Es decir, la primera puesta a escena del líder será totalmente significativa para el devenir del equipo.

Comentaba el otro día con un buen amigo sobre lo importante de mantener motivados a los niños y niñas a la hora de practicar un deporte de equipo como puede ser el baloncesto. Estábamos los dos observando un partido de categoría escolar y nos chocó profundamente la actividad de los educadores-entrenadores con ninguna corrección y sin comunicación activa hacía el equipo. ¿Os imagináis estar en una clase donde el maestro no puntualiza nada sobre alguna explicación?… O ¿Estar en una clase de piano y no tener la orientación del profesor? También nos resultó excesivamente curioso que el árbitro del partido usaba zapatos en plena cancha de juego.

Un formador, un líder… Necesita tener un lenguaje corporal adecuado. Pensad en todas las veces que hemos usado nuestra primera impresión para atender a alguien, entrar a un restaurante, comprar en una tienda según quién sea el dependiente…

La expresión corporal va a suponer una señal muy importante para conectar con las personas, se trata de una comunicación no verbal que se basa en los gestos, posturas y movimientos del cuerpo y rostro para transmitir información.

Pienso que, para un maestro, un líder o un entrenador la preparación inicial es básica. Por un lado, está la planificación de la reunión, la clase o el entrenamiento y, por otro lado, está cómo es la puesta a escena y la vestimenta. Para que entendamos esta explicación, recuerdo que, por ejemplo, un entrenador debe tener chándal y zapatillas para entrenar y mantener una actividad acorde a lo que los jugadores necesitan para la consecución de los objetivos mínimos… O un árbitro tener una ropa deportiva cómoda y zapatillas. A partir de aquí ya entrarán otros factores que tendrán que ver con el conocimiento que tenga cada uno para trasladar las enseñanzas al equipo.

 

Como formadores necesitamos conectar inmediatamente con nuestro equipo. Al juntarnos, si perdemos los primeros instantes corremos el riesgo de perder en esa sesión al equipo y que sirva de poco el entrenamiento. Por eso voy a contribuir con tres estrategias para que, a primera vista, esa sesión (entrenamiento, clase o reunión) empiece con éxito:

 

  1. LA POSTURA

Tu disposición a escena debe ser buena, no podemos fallar tácticamente en dónde colocarnos. No podemos empezar tímidamente o escondidos, por ello hablábamos antes de una consecuente preparación previa de lo que vamos a explicar, evocando a Miguel de Cervantes estar preparado es media victoria.

Tenemos que evitar tener una actitud negativa, nada de hombros caídos y las manos mejor fuera de los bolsillos. Vamos a mostrar credibilidad por cada acción que tracemos y si es con una sonrisa, mucho mejor.

 

  1. LOS GESTOS

Intento ser muy cuidadoso con mis gestos a la hora de hablar en público o delante del equipo. Procuro a toda costa no tener los brazos cruzados, manos cruzadas o piernas cruzadas… Lo considero una falta de interés y no estar abierto a lo que se está exponiendo. Por ello, mantener las palmas abiertas, brazos extendidos hacia delante o tocarse el pecho con las palmas de las manos son expresiones que refuerzan enormemente nuestro mensaje.

Hay estudios que dicen que cuidando los gestos de nuestras manos podemos llegar a conseguir hasta un 84% de éxito de nuestra comunicación.

 

  1. INTERACCIÓN

Recuerdo haber estado en clases donde el aburrimiento dominaba por completo mi atención. No podemos pensar que no somos responsables del oyente, como orador me gusta hacer partícipe al equipo con algunas preguntas, poner alguna observación en común… O algún toque de humor, esto ayuda a mantener la concentración más tiempo. Por cierto, para hacer gracias dentro de una sesión es bueno tener un control adecuado de la situación, por el contrario, se nos puede escapar de la mano tener al grupo centrado en las posteriores explicaciones.

Para mí, en este apartado me gustaría, también, hablar de nuestra mirada. Dirigirse con firmeza al grupo, mirando a los ojos a los integrantes, es un síntoma de confianza en lo que queremos trasmitir y un acto de honestidad.

 

 

 

EL ALACRÁN

Un maestro oriental vio como un alacrán se estaba ahogando, y decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo el alacrán lo picó. Por la reacción del dolor, el maestro lo soltó y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez y otra vez el alacrán lo picó.

Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo:
“Perdone maestro, ¡pero es usted terco!! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua, el alacrán lo picará?”

El maestro respondió:
“La naturaleza del alacrán es picar, él no va a cambiar su naturaleza y eso no va a hacer cambiar la mía, que es ayudar y servir”.
Y entonces ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.

No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño, sólo toma precauciones.
No permitas que la conducta de otras personas condicionen la tuya, algunas persiguen la felicidad y otras la crean.