• ¡Hola! ¿Qué tal Arturo?
  • Bien, no me quejo… ¿Qué tal vas tú, David?
  • Bastante bien, cogiendo ritmo… Jejejeje
  • Ya sabes, la vida no para y necesitamos estar preparados para todo lo que venga.
  • Así es y qué importante es la confianza, ¿Verdad?
  • Siempre he pensado lo complicado qué es saber lo que realmente hacemos bien…

Así empezaba una reciente conversación telefónica con un amigo. Hablamos de confianza, de sentirse bien. Porque la vida, a veces, nos pone en situaciones críticas y nos falta reconocer nuestra gran fortaleza. No tengamos ninguna duda. Todos tenemos alguna capacidad excelente, sin embargo, es fácil quedarse atrapado y no prestamos atención a nuestro progreso con objetividad.

En realidad, las cosas seguro que están mucho mejor de lo que pensábamos, caer en el pesimismo y en la inseguridad es demasiado humano en estos tiempos que corren. Evaluando y explorando cómo entrenamos a un equipo de baloncesto podemos deducir algunas claves para desarrollar mejor nuestra autoestima.

 

Quinteto de fortalezas innatas en el ser humano

 

  1. Aprende de tus errores.

El uso del vídeo es fundamental en el baloncesto profesional actual. La cantidad de partidos te permite entrenar menos y una de las formas de mejorar es viendo montajes de vídeo. Visualizar los errores ayuda a encontrar soluciones. También, contemplar aspectos positivos sirven para reforzar mucho más nuestro ánimo.

Sinceramente, las equivocaciones tienen la capacidad de dejarnos un poco mejor que antes. Reconocer el error impulsará nuestro aprendizaje y aparecerán nuevas oportunidades.

 

  1. Cree en ti

Ganar un campeonato no sucede sin un esfuerzo previo. El éxito no viene sólo. Durante una temporada o un torneo surgen problemas. Dejar de pelear supondría no avanzar, rendirse no es una palabra para los grandes equipos.

La vida es mucho mejor cuando miramos en nuestro interior y explotamos todas nuestras capacidades. Rompe con ese saboteador interior que no te posibilita progresar. Eres el dueño de tu actitud. Convierte tus pensamientos en lo que realmente quieres ser.

 

  1. Si te caes 7 veces, levántate 8

La tenacidad es el antídoto para el fracaso. Los equipos campeones han tenido detrás a un entrenador que nunca abandonaba. Los entrenadores son perseguidores de su pasión y no buscan excusas… Sobre todo, de puerta para afuera. Siempre me ha impresionado aquellos deportistas y entrenadores que cuanto más grande es el desafío, ven una oportunidad mayor.

Una vida sin retos pierde sentido. Lo que es lo mismo: si dejas de intentarlo es que no importa. El ser humano está más que preparado para enfrentarse a los problemas. Si algo nos paraliza es el miedo, el mayor obstáculo para las personas. Pero si queremos avanzar, tenemos que hacer cosas que nuevas de verdad.

 

  1. Estilo propio

Los equipos exitosos tienen una forma única de ser. Son identificados y recordados por su forma de hacer las cosas. Para ello hay un orden y una planificación detrás muy detallada. El trabajo en equipo es otra de las cualidades que se caracterizan en una organización con notoriedad.

Necesitamos aprender a disfrutar de la vida. Valora tu cuerpo, tiene un coste incalculable. Cuidarnos debe ser algo que tenemos que hacerlo muy en serio. Compaginar el trabajo con el tiempo de ocio es fundamental para sentirse útil, te distingue como persona en un mundo lleno de influencias. A través de nuestro estilo comunicamos lo que verdaderamente somos y demostramos nuestros valores.

 

  1. Solidaridad

Recuerdo a grandes equipos jugar al baloncesto de memoria. Es maravilloso ver cuando un equipo comparte tanto sobre la cancha. Cuando los jugadores se apoyan mutuamente, juegan en conjunto y respetan las fortalezas individuales, se crea un amiente donde el equipo puede alcanzar su máximo potencial.

La solidaridad no solo se manifiesta en situaciones de crisis, sino también está presente en cualquier momento de la vida. Sentirse bien tiene mucho que ver con lo que haces por los demás. Posiblemente, uno de los grandes éxitos de la sociedad sería ayudar a otros a crecer.

En resumen, cinco puntos clave que cualquier individuo puede desarrollar sin ningún tipo de preparación previa. Recuerda que las fortalezas pueden variar según el contexto y la situación. Identificar y cultivar tus fortalezas puede ser un proceso continuo de auto-descubrimiento y desarrollo personal.