Qué fácil es caer en la trampa de ignorar el feedback.
A pesar de ser uno de los recursos más poderosos para mejorar en cualquier área, nos cuesta valorarlo, ya sea por miedo a la crítica o por simple comodidad. En el deporte es clave la retroalimentación que reciben los jugadores para el desarrollo continuo del equipo. Esta acción supone mejorar el rendimiento, corregir errores y reforzar comportamientos positivos… Con repercusión, claramente, por y para el equipo.
Pero, créeme: escuchar activamente y fomentar el diálogo no solo fortalece nuestras habilidades, sino que también nos ofrece nuevas perspectivas que, de otro modo, pasarían desapercibidas.
Hoy te invito a reflexionar conmigo sobre la importancia de recibir feedback de manera abierta y crear un entorno donde las opiniones y sugerencias se conviertan en un motor constante para el crecimiento y la mejora continua.
El peligro de ignorar el feedback
A estas alturas hemos hablado mucho sobre cómo dar feedback de manera efectiva, pero poco sobre la habilidad de recibirlo de forma constructiva.
En realidad, recibir feedback es un arte en sí mismo, ya que implica tener una mentalidad abierta, dejar de lado el ego y estar dispuesto a reflexionar sobre los comentarios, incluso cuando no son fáciles de escuchar.
Muchas personas se sienten a la defensiva o atacadas cuando reciben retroalimentación, lo que al final limita su capacidad de aprovecharlo como una herramienta de mejora. Sin embargo, cuando aprendemos a recibir feedback, abrimos la puerta a un crecimiento auténtico y sostenido, permitiendo que otras perspectivas nos ayuden a pulir nuestras habilidades.
Así que sí, básicamente, ignorar el feedback es como taparse los oídos frente a una oportunidad de oro. Como si un entrenador dejara pasar la opción de corregir un mal pase o una defensa equivocada en un momento clave del partido. Aunque a veces resulta incómodo escuchar opiniones que nos desafían o cuestionan, es justamente esa incomodidad la que nos ayuda a crecer.
Muchas veces, nos cerramos porque tememos que se perciba como una crítica directa a nuestras habilidades o decisiones. Sin embargo, rechazarla no solo limita nuestro desarrollo, sino que puede alejarnos de nuevas ideas que podrían mejorar radicalmente nuestra manera de trabajar y relacionarnos.
A todo esto, cuando desestimamos el feedback, creamos un entorno donde los demás sienten que sus opiniones no son valoradas, lo que debilita la confianza y el trabajo en equipo. Esa actitud de resistencia puede hacernos caer en errores repetitivos y en una falta de autocrítica. En lugar de evolucionar, nos quedamos estancados en nuestra forma de hacer las cosas.
Escucha activa: el secreto para aprovechar la retroalimentación
Escuchar no es lo mismo que oír. La escucha activa implica un esfuerzo consciente por entender lo que la otra persona quiere decir, sin interrumpir ni defenderse de inmediato.
Cuando se trata de recibir feedback, es fundamental estar presente y receptivo, demostrando interés por lo que se está diciendo. Esto no solo ayuda a comprender mejor los puntos de mejora, sino que también muestra a los demás que valoramos sus opiniones y estamos dispuestos a considerarlas.
Fomentar la escucha activa también mejora el ambiente de trabajo. Las personas se sienten más cómodas compartiendo ideas o señalando áreas que podrían ser mejoradas, lo que crea un ciclo positivo de comunicación y crecimiento continuo. Un diálogo honesto y abierto permite que todos aprendan de los errores, celebren los aciertos y, en última instancia, se construya una cultura de mejora constante.
Además, al tomar en cuenta las observaciones de los demás, mostramos humildad y disposición para evolucionar, lo cual fortalece la confianza en nuestras capacidades de liderazgo o gestión.
Para que el feedback realmente funcione como un motor de mejora, es esencial crear un entorno donde este fluya de manera natural.
El primer paso es generar confianza. Si las personas sienten que sus comentarios serán recibidos de manera negativa o ignorados, será mucho más difícil que se sientan motivadas a compartirlos. Al contrario, si promovemos una cultura de apertura y respeto, donde todas las opiniones son bienvenidas, creamos un espacio seguro para el diálogo.
Otra clave para fomentar un entorno abierto al feedback es demostrar que estamos dispuestos a cambiar cuando recibimos una sugerencia valiosa. Si las personas ven que sus aportes tienen un impacto real en las decisiones o en la forma de trabajar, estarán más inclinadas a participar.
Del mismo modo, es importante no esperar a recibir feedback solo en momentos de crisis o evaluación, sino convertirlo en un hábito continuo. Los mejores equipos son aquellos donde la retroalimentación no es un evento esporádico, sino una práctica constante que permite ajustes graduales y progresivos.
Para cerrar, quiero compartir contigo un pequeño cuento sobre la importancia de recibir feedback con humildad y estar abierto a las críticas para realmente mejorar.
El maestro y el aprendiz
En una pequeña aldea, había un famoso maestro de artesanía que siempre recibía elogios por sus trabajos impecables. Un día, un joven aprendiz llegó a su taller, deseoso de aprender los secretos del maestro. Después de meses de práctica, el aprendiz, convencido de que su técnica ya era perfecta, presentó su primer trabajo con orgullo.
El maestro lo observó detenidamente y, sin decir una palabra, comenzó a señalar las pequeñas imperfecciones que el joven había pasado por alto. Molesto, el aprendiz interrumpió varias veces, justificando cada uno de los errores. El maestro, con paciencia, dejó de hablar y lo miró fijamente.
“Si no puedes escuchar las críticas, nunca mejorarás”, dijo el maestro finalmente. “El trabajo más valioso nace de los ojos que pueden ver lo que aún falta por perfeccionar, no de aquellos que solo buscan ser aplaudidos. No solo aprendes con las manos, también con los oídos.”
El aprendiz, avergonzado pero reflexivo, guardó silencio. Ese día aprendió que el verdadero crecimiento no solo dependía de lo que pudiera hacer, sino de lo que estuviera dispuesto a escuchar.
Recuerda: escuchar activamente y aceptar el feedback con una mentalidad abierta es una de las mejores formas de asegurar un crecimiento continuo. Si quieres avanzar, tanto en lo personal como en lo profesional, comienza hoy mismo a escuchar de manera activa y a utilizar el feedback como la herramienta poderosa que es.
Comentarios recientes